Ruta San Pedro de Nora - Udrión - San Andrés - Trubia - Godos

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Datos básicos

Clasificación: Turismo activo

Clase: Rutas en Asturias

Tipo: Rutas en coche

Comunidad autónoma: Principado de Asturias

Provincia: Asturias

Municipio: Las Regueras

Parroquia: Valsera

Entidad: San Pedro de Nora

Comarca: Comarca del Camín Real de la Mesa

Zona: Centro de Asturias

Situación: Montaña de Asturias

Código postal: 33191

Cómo llegar: Ruta San Pedro de Nora - Udrión - San Andrés - Trubia - Godos

Dirección digital: 8CMP929Q+M4

 

Ruta San Pedro de Nora - Udrión - San Andrés - Trubia - Godos

Descripción:

Esta ruta está calificada como «Ruta en coche»

  • Acceso: Desde Oviedo capital
  • Se inicia el recorrido en San Pedro de Nora, siendo el final en Godos
  • Distancia: 30 km
  • Itinerario: San Pedro de Nora - Udrión - San Andrés - Trubia - Godos.

Descripción de la ruta

Inmejorables posibilidades presenta el concejo de Oviedo para los buenos degustadores de excelencias paisajísticas y arquitectónicas y del enriquecedor trato con el paisanaje.

El recorrido turístico siguiente es uno de los ocho propuestos y recomendados oficialmente por el Ayuntamiento de Oviedo, el cual los editó bajo el título de Rutas y lugares del concejo de Oviedo (María Palacios, Celia Varela y otros).

Permiten al visitante hacerse una visión global y significativa del municipio ovetense.

LA RUTA (30 km aprox.)

Discurre por la zona más occidental del municipio y, sin duda, acumula muchos atractivos monumentales y culturales.

La iglesia de San Pedro de Nora o las casonas solariegas de Trubia son algunos testimonios de ello.

OVIEDO-SAN PEDRO DE NORA

Se abandona Oviedo por la avenida de Galicia y su prolongación, la calle Fuertes Acevedo, para ingresar en la N-634 Oviedo-Grado.

Una vez en ella, se sobrepasa Santa Marina de Piedramuelle, Sograndio (ruta 3) y Godos (núcleo a visitar a la vuelta), alcanzando el Puente de Trubia, punto de encuentro de los ríos Nalón y Trubia.

Inmediatamente antes, hay que proceder a desviarse a la derecha por la AS-228 hacia el Escamplero.

Dos kilómetros más adelante, y con el río, aquí crecido, acompañando en paralelo a la carretera, se entrará en Nora (Ñora), parroquia ovetense de 161 habitantes.

En esta zona, se han encontrado restos arqueológicos de época musteriense.

A unos 600 m del apeadero es preceptivo visitar un tesoro: la iglesia prerrománica de San Pedro de Nora (ya en el concejo de las Regueras) declarada Monumento Nacional el 3 de junio de 1931.

Se ignora la fecha de su construcción, aunque las semejanzas con San Julián de los Prados permiten pensar en la brillante época de Alfonso II.

No obstante, la primera noticia que se tiene de ella data del año 905, cuando Alfonso III la entrega a la basílica ovetense de San Salvador.

Tras el infortunio de su incendio durante la guerra civil de 1936, llegó la oportuna e intensa reconstrucción a mediados de los cincuenta; de entonces es la alta, rectangular y exenta torre campanario, «prácticamente invención», recreación —no muy rigurosa— de esos años, «al parecer sobre vestigios antiguos» (ob. cit.).

Exhibe planta basilical —de tres naves, con cuatro tramos separados por arcos sujetos por pétreos pilares de planta cuadrada—, testero tripartito —con capillas enlazadas por arcos de ladrillo abiertos en las paredes— y el «camarín del tesoro» sobre la capilla central.

Las naves se cubren con artesonado de madera, mientras que los ábsides prefieren bóveda de medio punto, de ladrillo.

La esbelta nave central destaca en altura sobre las laterales y proporciona luminosidad al interior a través de unas espaciosas ventanas con celosías.

Exteriormente, la fachada aparece partida en calle central y laterales por medio de contrafuertes.

Una vez dentro, son varias las creaciones descollantes: fragmentos de pinturas murales, no figurativas, de la época; la imagen de San Pedro sedente en la Cátedra, lograda composición de Luis Fernández de la Vega, escultor e imaginero asturiano del s. XVII; o el hermoso Crucificado medieval (ss. XIV-XV), de buenas dimensiones, pendiendo del muro que cierra el camarín.

Cerca de la iglesia se ubica el embalse del Furacón, que encamina el agua del río Nalón hacia el embalse de Priañes (93 hab., 100 m de altitud, a 9 km de Oviedo; parroquia de Nora), donde existe una central hidroeléctrica.

Desde él pueden verse restos de un vetusto puente de piedra —poco más que un arco completo sobre dos tajamares.

El Ayuntamiento ha construido recientemente en este pueblo un parque presidido por una escultura como homenaje del actor gijonés Arturo Fernández, realizada por Santiago de Santiago.

De vuelta hacia Trubia el viajero se topará, nada más y nada menos, que con el restaurante Casa Puyo, ejemplo a seguir en cuanto a selección de la materia prima, la calidad de su comida regional, la abundancia de las raciones y la nunca bien ponderada amabilidad en el trato con el cliente.

Cachopo de merluza, carne gobernada, fabes con almejes y albóndigas de bacalao con guisantes son sus sabrosísimas especialidades.

UDRION-TRUBIA

En Udrión (lugar y parroquia de 167 habitantes, 120 m de altitud y a 13 km de Oviedo) se puede visitar, cruzando la carretera, una antigua panera de 8 pegollos, que fue construida en 1882; tiene una inscripción a un lado de la puerta principal donde figura la fecha de su erección.

Su caserío popular es notable, desde el punto de vista arquitectónico.

En su parte baja, y junto al río Nalón, existe un campo privado de tiro.

Descendiendo por la N-634, se llega a un puente, donde se continuará de frente en dirección a la industrial localidad de Trubia.

SAN ANDRÉS-TRUBIA

La AS-228 acerca a Trubia desde San Andrés.

Pero si se quiere llegar a localidad trubieca desde Oviedo, habrá que tomar la N-634.

Inevitablemente, al hablar de Trubia —localidad de la parroquia homónima (unos 2.500 hab.), con 1.194 hab., ubicada a 100 m de altura y distante 14 km de Oviedo— se nos viene a la mente enseguida la Fábrica Nacional de Armas, creada en 1794 (época de Carlos IV) bajo la dependencia de la Corona.

Desde ese momento el hermoso valle rural se trastocó en el más importante centro fabril del concejo.

Su implantación trajo consigo el levantamiento de viviendas para militares y obreros, todo ello en torno a los talleres, según propugnaba el modelo protoindustrial de implantación de industrias con comunidades autosuficientes.

La irrupción en Asturias de las tropas francesas durante la guerra de la Independencia provocó el cierre de sus instalaciones desde 1808 a 1844.

Correspondió reabrirla al coronel Francisco de Elorza; a partir de ese momento inició la diversificación de su producción (cañones, estatuas y adornos).

Trubia se benefició de su empuje: comienza a crecer hacia el otro lado del Nalón y surgen los primeros bloques de viviendas obreras.

De todo ello quedan restos: las casas económicas del barrio de Junigro (mediados del XIX), con el pabellón más próximo al río conservado tal cual; las escuelas —realizadas por Juan Miguel de la Guardia—, el ateneo obrero, el mercado cubierto y el economato (los cuatro fechados a comienzos del XX); así como el taller de artillería, con fachadas de sillar (mediados del XIX), y el de aceros (1900), de cristal e hierro, en la fábrica.

La primera guerra mundial (1914-1918) le dio un nuevo impulso, con la consiguiente erección de nuevos talleres, edificios administrativos, ubicándose en el barrio del Soto las viviendas de la jefatura, el casino, la iglesia y un pequeño parque.

Fue la mejor época de Trubia; en los cincuenta ésta se sumerge en una «tozuda» decadencia, aún hoy no finiquitada.

Desde entonces la Fábrica de Municiones y Armas Portátiles (perteneciente ahora a la empresa estatal Santa Bárbara) conoció ampliaciones y reformas; a pesar de ello, merece la pena como arquitectura de los albores de la centuria.

La iglesia parroquial de Santa María de Trubia, en el casco urbano, bien vale una visita.

Las primeras noticias de ella datan del año 891 (reinado de Alfonso III).

En el 901 ya se había convertido en monasterio regido por el abad Gladia.

La construcción actual, de gran tamaño, responde a la tipología rural asturiana característica de los ss. XVIII y XIX.

Posee una única y elevada nave.

Enseña una fachada de buen sillar, portada de medio punto, ventanal, óculo y espadaña con dos grupos de arcos.

Encima del arco de la puerta —con molduras en el marco— figura la fecha: «+ AÑO D 1749».

Del rectangular testero, con crucería, ha sido eliminado el pórtico, siendo reemplazado en el flanco sur por un añadido arrimado a la nave, abriéndose grandes ventanales al exterior.

Al lado de este templo, y casi enfrente, se ubica la cuadrada y espaciosa casona-palacio de los Miranda y Ponce de León (fines del XVIII y 1ª mitad del XIX), con ínfulas de casa solariega (tres plantas más buhardilla), inmersa en un espacio arbolado al que encinta un muro.

La sobriedad de esta arquitectura funcional —ahora de los herederos de Morén-Luque— se traduce en una total falta de ornato.

La sencillez es la nota característica de sus frentes, en los cuales se reparten de manera irregular los vanos —enmarcados por buen sillar—, más grandes y abundantes en el principal (a occidente).

En el segundo piso, hay huecos provistos de salientes balcones, que en el caso de la fachada más importante comprenden los dos situados en el centro.

El barrio obrero de Junigro, centro en su momento de la naciente Trubia industrial, lo formaron en su comienzo tres hileras de casas-fragua; posteriormente, la parte dedicada a este último menester se transformó en vivienda, con lo que se ganó un piso para habitar.

Por la última planta se extiende un corredor —al que llega una escalera externa— cubriendo el alero.

TRUBIA-PERLIN-TRUBIA-GODOS

En una irreconocible Trubia —cuya fisonomía ha mejorado notablemente tras someterla la Corporación municipal ovetense a una inaplazable, seria y profunda remodelación—, concretamente frente al templo parroquial, se toma una pequeña carretera que sube hacia Perlín, a menos de 2 km.

Aquí despunta la rectangular y amplia casa de los Valdés-Solís (ss. XVII-XVIII), de tipología rural.

De planta rectangular, cuenta con dos pisos: el inferior se aprovechaba para cocina y espacio de usos agrarios, en tanto que el piso de arriba estaba acaparado por salones y dormitorios.

La fachada principal da a occidente; muestra un ingreso adintelado, un vano por encima y dos huecos más a cada flanco abiertos en los pisos bajo y superior, además del escudo de la familia fundadora.

La puerta de acceso a la zona de servicios, más holgada y coronada por arco rebajado, figura en el costado derecho.

Los muros se han construido a base de mampostería revocada; el sillar se dejó para las esquinas y los encuadres de los vanos.

Se prosigue por la angosta carretera con destino a Pintoria.

La ermita de Santa Tecla, muy cercana, es una manifestación arquitectónica a tener también en cuenta.

En este santuario sobresalen una gran espadaña de dos arcos, pináculos, suelo de losas de piedra en el testero, cubierta de madera y arco interno de medio punto.

Dentro, acoge una talla barroca de la patrona.

Se aconseja, antes de retornar a Trubia, a través de la carretera que baja, alcanzar el Alto del Picayu, desde el que uno queda embobado con las espléndidas vistas panorámicas que regala del valle de Trubia, así como del encuentro de los ríos Nalón, Trubia y Nora.

De vuelta a Oviedo, se puede hacer un alto en Godos (115 hab., 140 m de altitud y a 6 km de la ciudad), lugar que comparte nombre con su pequeña y retirada parroquia (1.117 hab.), localizada entre la N-634 y el río Nalón.

Los historiadores atribuyen su toponimia y origen al asentamiento de un destacamento militar del reino de Toledo

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